Aún más cuentos o el vicio de la escritura

Administración pública

Los deportes no son espectáculos que me sean atractivos. Si gana el equipo local o gana el equipo visitante me es prácticamente indiferente. No importando si el deporte que se transmita sea beisbol, fútbol o cricket, yo prefiero mejor, continuar con mis actividades. Algo por el estilo me ocurre con la política. Sé que no importa por quién yo haya votado y no importa quién haya sido electo, las cosas no mejorarán por arte de magia. Es el pueblo quiénes debemos cambiar para que ocurra un verdadero cambio. Las noticias de actualidad tampoco me son interesantes. Cuando niño leí, por poco más de un año, el periódico que papá traía a casa; fue así que aprendí que los periódicos publican lo que la gente queremos leer y fue así que comprendí que la gente queremos leer sobre desgracias ajenas. Quizás, conocer los infortunios de otros nos hace sentir menos desafortunados. Entonces encontrarme con mi madre para platicar sólo de asuntos presentes no es una tarea fácil para mí. Si no hablo de noticias, de deportes o de política de qué puedo platicarle entonces. Cada visita mía me veo forzado a improvisar.

―Mamá,― le dije el otro día, ―fíjate que hoy presenté mi declaración de impuestos. Fíjate que ahora los impuestos se presentan por internet. Enciendes tu computadora, te conectas con el sitio del servicio de contribuyentes y completas la información que ellos ya tienen registrada de tus operaciones tributarias. Cuando terminas de revisar, accionas el botón de enviar y listo.

―Eso suena muy complicado―, me dijo y yo pensé que estaba tocando temas demasiado escabrosos para su condición neurológica actual.

―No lo es, realmente no lo es; lo era antes,― quise paliar la situación, ―a mí me tomaba casi una semana ordenar los comprobantes, catalogarlos por rubro, sumarlos y llenar a máquina los formularios. Ahora hice todo eso en tan sólo unos minutos.

Ella respondió:

―Pero alguien tuvo que encargarse de hacerlo fácil para ti. Y seguro no fueron los políticos. Ellos entienden tan poco de administración pública que confunden el "cargo, abono y queda saldo" con "entra, sale y no regresa".

Su frase me hizo reír. Salí divertido de la casa de mi hermana Eunice rumbo a mis actividades. Aunque luego recapacité que es del pueblo de donde surgen los gobernantes y qué gobernantes pueden surgir de un pueblo donde poco entendemos de administración doméstica, mucho menos de administración pública.

© 2017 cortesramondx. Todos los derechos reservados.
Creado con Webnode
¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar