Aún más cuentos o el vicio de la escritura
Cometa primitivo
Para evitar dos cuentos consecutivos sobre el tema del ayuno, pretendía publicar aquí un cuento sobre un libro que me fue recomendado por un joven lector muy entendido. El libro es Las sombras de la mente de Roger Penrose que trata sobre la búsqueda de una necesitada ciencia de la consciencia. No he concluido aún la lectura del libro. Debo admitir que se trata, para mí, de una obra sumamente densa con términos muy académicos y conceptos matemáticos harto complejos que me han costado mucho trabajo desmenuzar. Aún no está listo ese cuento, así que publicaré sobre un hallazgo ocurrido hace pocos meses que hizo volar mi imaginación.
En mayo de este año, en el observatorio astronómico de Haleaka en Hawaii fue descubierto, utilizando el telescopio de visión panorámica PanSTARRS, un nuevo cometa con rumbo hacia el Sol. Ha sido bautizado con el nombre de C/2017-K2. Este cometa se encuentra aún a la distancia de Saturno, aproximadamente 10 unidades astronómicas. Tardará todavía cinco años para alcanzar nuestro vecindario y quizás ser visible, como pequeña coma, en nuestro cielo nocturno. El telescopio Hubble ya está dedicando tiempo para el escrutinio de la posición de K2 que permita a los astrónomos precisar su trayectoria. En principio ha sido bosquejada como una parábola más allá de la órbita de Marte. De confirmarse tal trayectoria, entonces K2 abandonará el sistema planetario para siempre después de su único acercamiento al Sol. K2 posee una nube de sublimación, que pronto se convertirá en su cola, con amplitud equiparable a Neptuno. El tamaño de esta nube de sublimación y la prontitud de su aparición indican que el material no ha sufrido desgaste con aproximaciones previas al Sol; es decir, se trata de un cometa primitivo. Seguramente procedente de la nube de Oort. Cuando el cometa se aproxime, presenciaremos, quizás con ayuda de binoculares, una larguísima cauda siguiendo a un punto apenas visible.
Cuando me enteré de este evento astronómico, mi desbocada imaginación no pudo evitar evocar el cuento Fuerza exégira - adenda(1). En ese cuento menciono las consecuencias que provocaría la existencia de una fuerza exégira producida por el agujero negro en el centro de la galaxia. Si tal fuerza existiese y los eventos pincelados en el cuento se produjeran, el espectáculo sería a la vez maravilloso y aterrador. Un cometa como K2 haría aparición del mismo modo. Sería detectado, de igual forma, por nuestros telescopios. Detrás de ese, en un lapso de pocos años, vendría otro y detrás de ese nuevo vendrían dos separados por apenas unos meses y detrás, tres y luego, cinco y más tarde, ocho. Una inimaginable cantidad de ellos se precipitarían rumbo al Sol. Todos procedentes de la misma dirección o de la dirección diametralmente opuesta. La mayoría de ellos, al igual que K2, presentaría una trayectoria abierta y dejarían el sistema planetario después de su única visita a nuestro vecindario. Sin embargo, por causa de los jalones gravitacionales recibidos de los planetas, algunos de tales cometas cambiarían a órbitas elípticas y permanecerían repitiendo sus visitas periódicamente. ¿Puede el lector imaginarlo: un cielo tachonado por cometas de diferentes tamaños? Espeluznante y a la vez extraordinario.
