Aún más cuentos o el vicio de la escritura

Pentiones

En el mismo planeta goldielock de la galaxia, muy, muy distante donde surgió la vida primero, la inteligencia después y la consciencia más tarde, un muchacho de apariencia extraña, para nosotros, y de escasa edad, para su civilización, se aplicaba en batir un empaste de masa para hornear pan. Con sus manos hacía girar la mezcla en el interior del recipiente. Su clara agudeza de pensamiento, su insaciable curiosidad y su observación perspicaz lo llevaron a relacionar la figura que la masa creaba en el tazón con las imágenes de galaxias que contempló en el libro de astronomía que había pasado por sus manos. Sin esbozar el proceso correcto, su mente se relacionó con el fenómeno físico. Se creó así un vínculo entre su mente y la realidad, un atisbo de consciencia. Los cuadriones fluyeron de su cabeza al universo: ida y vuelta.

Aplicó más fuerza a su mezcla; más fuerza y más rapidez. Decidió entonces utilizar la batidora eléctrica que el panadero le recomendara desde un principio. Los estiramientos se asemejaron aún más a los brazos de una galaxia.

―Son las aspas las que generan los estiramientos de la masa, crean figuras iguales a los brazos de las galaxias―, se dijo a sí mismo y continuó con su trabajo.

―Hacen falta unas aspas gigantes en las galaxias para lograr el mismo efecto―, se explicó mientras continuaba batiendo.

El panadero regresó y alabó la dedicación del muchacho. La mezcla estaba homogénea y su consistencia adecuada para elaborar el pan de aquel día. Contento el muchacho entregó el empaste al hombre. Miró su esfuerzo ingresar al horno. Satisfecho se retiró, había concluido su labor. En su cabeza, sin embargo, persistieron las aspas gigantes que imaginó batirían las estrellas en las galaxias espirales. Dibujó bocetos de sus aspas ficticias. Pensó en fenómenos naturales que pudieran emularlas. Luego de mucho tiempo, años de pensar en el mismo acertijo, surgió de sus desvaríos una fuerza física como la responsable de aquellas formas. Se convenció a sí mismo que tendría que originar en el agujero negro en el centro de la galaxia. Bautizó a su excéntrica fuerza, pero no comentó a nadie sus suposiciones. Mantuvo para sí mismo su idea, de todas formas seguramente no sería correcta y aún siéndolo no traería beneficio alguno a la ciencia. Eran sólo conjeturas no basadas en ningunos datos precisos, en ninguna experimentación formal. Además, siempre había sido su aspiración pasar desapercibido. Si divulgaba sus "tonterías" seguramente le ignorarían y ningún provecho habría conseguido, o le llamarían loco y el desprestigio sería su retribución o, quizás, genio y entonces le atosigarían con preguntas, entrevistas y reportajes. Así que guardó sus ideas, para sí mismo, como un preciado secreto.

Pero nuestro personaje de aspecto extraño no fue el único muchacho que tuvo tal inspiración. En otro rincón de nuestro extenso universo, en las entrañas de otra galaxia, en otro planeta goldielock, otro ser, también de apariencia extraña para nosotros, tal vez del sexo femenino, tal vez de edad diferente, tal vez millones de años más tarde, tuvo una idea similar. Y quizás en otro mundo, otro joven y en otro más: un científico o un pastelero. Quizás en miles de planetas goldielocks por todo el universo. Todos ellos vinculados sutilmente entre sí. Consciencias conectadas a consciencias mediante pentiones, mediante partículas supracuánticas existiendo en cuatro dimensiones físicas, propagándose por espacios paralelos a nuestro universo.

Pero esto es sólo un cuento. Una fantasía de mi desbocada imaginación. Toda mi vida he querido entender cómo es el cosmos en el que nací, cómo trabaja Dios, pues como alguna vez expresó mi padre: "que entendamos cómo trabaja Dios no significa que Dios no exista". Mas mi imaginación ha sido siempre más ansiosa que mi entendimiento; no puede sentarse a esperar a que la ciencia con sus estrictos protocolos de investigación y sus experimentos controlados y repetibles demuestre que hay vida en otros planetas, que existen más partículas que las descubiertas en ciclotrones, que la consciencia modifica la realidad, que no somos el único universo, que existimos en un cosmos de más de tres dimensiones métricas.

© 2017 cortesramondx. Todos los derechos reservados.
Creado con Webnode
¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar