Aún más cuentos o el vicio de la escritura

La precesión de Mercurio, parte 2

La teoría de la relatividad agregó a la precesión de la órbita de Mercurio una cantidad de segundos de arco que excedieron la observación astronómica en un minúsculo 0.5469 por cada siglo terrestre. Ante esta discrepancia, la investigación científica deberá optar por alguno de los siguientes caminos. El primero consiste en afinar la precisión de los instrumentos para corregir todos los pequeños errores de medición involucrados en el cálculo. Datos más precisos podrían eliminar la pequeñísima diferencia que existe ahora entre la teoría y la experimentación. Un segundo camino es aceptar que las matemáticas no describen al universo con exactitud, pues el universo podría ser no-exacto. Un tercer camino consiste en continuar buscando más elementos que puedan influir en la órbita de los planetas, particularmente en la de Mercurio. Se busca ahora un elemento que produzca un efecto retrógrado.

Una de las múltiples posibilidades, que seguramente lograrán encontrarse, es la siguiente: Redúzcase la constante de la gravitación universal en el cálculo del radio de Schwarzschild. Lo sé, no podemos reducir arbitrariamente las constantes universales; dejarían de ser constantes y dejarían de ser universales. El truco puede lograrse si hacemos participar a una fuerza de repulsión emanando del Sol de menor intensidad que la fuerza de gravedad. Yo la imagino como el viento que emana de un aspa en constante rotación. Esta fuerza sólo sería perceptible en un volumen paralelo al plano ecuatorial de nuestra estrella y con un espesor igual al diámetro solar. Este volumen virtual contendría al Sol por supuesto. La fuerza resultante experimentada por los cuerpos dentro de este volumen aún sería atractiva pero de intensidad menor que la fuerza de gravedad experimentada por los cuerpos en el exterior del volumen. Al cabo de un siglo, la fuerza gravitacional resultante que habría experimentado el planeta sería igual a la media ponderada entre la experimentada dentro del volumen virtual y la experimentada fuera. La inclinación del eje de rotación del Sol con la perpendicular a la eclíptica es de 7.25° mientras que la inclinación del plano de la órbita de Mercurio con respecto al plano de la eclíptica es de 7.004°. Entonces la inclinación total entre el plano de la órbita de Mercurio y el plano del ecuador solar es de 14.254°. Conociendo este ángulo de inclinación y el diámetro de la órbita es posible calcular el porcentaje del tiempo que Mercurio quedaría inmerso en el volumen virtual por cada revolución. La fuerza experimentada por el planeta Mercurio sería menor y equivalente a una G disminuida en la fórmula de Newton. Con estos datos sería posible calcular la intensidad de la fuerza que obligaría al planeta a realizar una precesión retrógrada de medio segundo de arco por siglo. Repitiendo los resultados para las precesiones de otros planetas como Venus, Marte y la misma Tierra se podría determinar la razón de cambio que esta fuerza presentaría con la distancia del planeta al Sol. Aún no he logrado conseguir los datos de las precesiones orbitales de estos planetas para concluir que efectivamente la fuerza exégira existe y es perceptible en nuestro sistema planetario. Continuaré buscando.

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