Aún más cuentos o el vicio de la escritura

Curso de Zhineng Qigong

Hace unas semanas recibí invitación de mi esposa para atender un curso de Zhineng Qigong (pronunciado shinen-chicun). "¿Qué es eso?", pregunté por supuesto. Ella explicó que se trataba de una disciplina china de ejercicios para sanar y conservar la salud. Cuando fruncí el entrecejo, ella advirtió, que debía asistir con la mente abierta, pues su filosofía plantea conocimientos alejados de mi forma de pensar. "Se recomienda que lleves contigo un objetivo claro sobre lo que pretendes mejorar en tu salud", aseveró. Pensé en el colesterol que desde la edad de 40 años he tenido alto. Pensé en los niveles de creatinina que también han resultado por encima del límite superior en los análisis de los últimos cuatro años. Entonces, acepté con curiosidad, un poco de reticencia e ineludible suspicacia. Fui obligado a prometer que apagaría durante los dos días de la duración del curso el escepticismo que me caracteriza.

El primer instructor que se presentó (cuatro instructores impartieron el curso) solicitó que no intentáramos realizar relaciones de los conceptos que estábamos a punto de recibir con los conceptos aprendidos. Desatendí su invitación; apagar el escepticismo es una cosa, pero bloquear el funcionamiento de la mente es otra muy diferente. Aunque hubiera pretendido seguir la sugerencia del instructor, mi cerebro sólo aprende creando relaciones. Así que concedí indulgentemente: guardar para mí mismo todas las relaciones que surgieran en mi cabeza. "No haré bromas que puedan herir susceptibilidades", me propuse firmemente. Casi lo consigo, sólo tuve un pequeño desliz que afortunadamente fue bien recibido y provocó risas entre mis condiscípulos y sonrisas de los instructores.

Nos explicaron entonces que los métodos que aprenderíamos se fundamentaban en la existencia del Qi (pronunciado chi). Esta es la sustancia esencial origen de todo en el universo, es el conjunto de elementos constructivos de todas las cosas, incluidas las fuerzas físicas, la energía y la materia. El Qi puede producir desenlaces favorables para las personas como, por ejemplo, su bienestar físico. "Bueno, eso puedo aceptarlo", me dije a mí mismo, pues se parece a mis cuadriones, a mis partículas supra-cuánticas que ligan a la consciencia con la realidad. Si mi padre estuviera aquí conmigo seguramente habría dicho que el Qi se parecía al mar de neutrinos del espacio vacío. Y si Albert Einstein hubiera atendido este curso quizás habría pensado que los bloques componentes del Qi serían las celdas inmutables en longitudes de Plank del espacio flexible.

Entramos en materia y preparamos-el-campo. Preparar el campo es una serie de recomendaciones y reglas sobre la postura y la actitud mental. A diferencia del yoga y la meditación Zen, el Zhineng Qigong se realiza preferiblemente de pie. Con ello se pretende crear un entorno favorable para la conexión con el Qi. "Pues esto se parece a mi polarizar-cuadriones", continué relacionando conceptos. Pasamos luego a los métodos. Recogimos y cosechamos Qi para llevarlo a las zonas dolientes de nuestro cuerpo. "Y esto", me dije "se parece a mis ejercicios de estiramiento linfático". Todo iba bien con la parte filosófica del curso, también con los ejercicios, hasta que la instructora en turno tocó el tema de la intención limpia y pura que debía ser el motivo de la cultivación del Qi. Ella dijo que su instructor en China les había regalado el siguiente consejo para poder determinar si la intención era realmente limpia y pura. "¿Cuál sería tu intención si estos fueran los últimos tres meses de tu vida? ¿Cuál, si fueran las últimas tres semanas? ¿Y si fueran los últimos tres días?" Hice el ejercicio mentalmente y resultó que reducir el colesterol y la creatinina quedaron descartados como objetivos. Me volví hacia mi esposa y le aseguré que había encontrado una intención realmente limpia y pura para cultivar el Qi. Ella sabiamente me hizo entender que debía dedicar también algo de la polarización de los cuadriones a la egoísta intención de mi salud personal. "Cuanto más sano te encuentres menos serán las preocupaciones que hagas sentir a quienes te quieren", expresó convincentemente.

Continuaré realizando los métodos del Qigong aprendidos en el curso el tiempo que mi esposa deseé realizarlos, pues mis ejercicios linfáticos son ya instintivos y me obligo a polarizar cuadriones cada vez con mayor frecuencia. Salí satisfecho del curso. ¿Será tan solo una casualidad que haya llegado a un curso de filosofía china milenaria donde se conjugan dos de mis motivaciones para escribir: la capacidad de la mente de influir en los desenlaces y los ejercicios linfáticos para alcanzar y mantener la salud?

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